Reseña: Los culpables, Juan Villoro
Juan Villoro nació en Ciudad de México en 1956. Colabora en influyentes publicaciones como Reforma, El País,Süddeutsche Zeitung, Frankfurter, Proceso, Letras Libres y Granta. Ha publicado las novelas El disparo de Argón, Materia dispuesta y El testigo; los libros de crónicas Palmeras de la brisa rápida, Los once de la tribu, Safari accidental, Dios es redondo y 8.8: El miedo en el espejo; los libros de ensayos Efectos personales y De eso se trata; los conjuntos de cuentos La noche navegable, Albercas, La casa pierde, Los culpables y Forward: Kioto; y los libros infantiles El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica y La gota gorda; entre otros títulos.
Los relatos de Los culpables están ligados de alguna manera por la problemática del hombre actual en las grandes urbes, en ese sentido, ¿cómo les fuiste dando vida a los relatos y a sus personajes para finalmente concebir este libro?
Una de las cosas más compleja al escribir un libro de cuentos es que haya unidad dentro de la diversidad. Los buenos libros de cuentos son como una familia satisfactoriamente disfuncional, donde las tensiones no generan rupturas sino anécdotas. Me interesaba trabajar todos los relatos en primera persona, mezclando destinos muy distintos con una necesaria unidad de la lengua. Así es como un mariachi coexiste con un futbolista al borde del retiro y un ejecutivo que vende agua de diseño.
En tus personajes podemos percibir distintos niveles de culpa y engaño, si tuvieras que elegir un personaje, ¿con cuál te identificas y por qué?
Conocí a un periodista que había cubierto la guerra de Bosnia y que me dijo algo inolvidable: “Milosevic es un genocida que duerme tranquilo y en cambio yo me siento culpable de todo lo que no hice”. No hay manera de entender las cosas sin sentirte responsable de ellas. En un plano bastante evidente, muchos de mis personajes llevan una carga moral porque saben que han actuado de mala manera. En este sentido, el cuento es su desahogo. Al confesarse buscan exonerarse. Otros personajes cargan con otro tipo de culpa, más parecida a la responsabilidad de atestiguar cosas dañinas que no puedes cambiar. Como escritor, me identifico mucho con estos últimos.
¿Cuánto de la sociedad mexicana podemos percibir en Los culpables?
Es un libro de invención narrativa, no un tratado sociológico. Aun así, hay muchos atisbos a la identidad, la manera en que México es visto por la prensa extranjera, las supersticiones, la violencia y la cultura popular que nos determinan. El cuento “Mariachi” narra la crisis de identidad de un icono de la identidad nacional. Es un ejemplo de cómo lo privado y lo público se mezclan en el libro.
Los culpables, sin duda, sumará nuevos lectores. Como autor, ¿qué esperas de esta nueva edición publicada por Lolita Editores?
Hace unos días visité el cuarto de Nabokov en el hotel Montreaux Palace. Fue un gran momento de fetichismo porque admiro mucho su obra y, en especial, Lolita, de la que escribí un ensayo en Efectos personales. Esa asociación me gusta mucho. Por otra parte aprecio enormemente el trabajo como cronista de Francisco Mouat, estoy a favor de los proyectos literarios independientes y Chile fue el lugar de mi segundo nacimiento, cuando sobreviví al terremoto de 2010. Si a esto agregamos que Ivo Basay hizo campeón a mi equipo, el Necaxa, y que empecé a escribir cuentos hace 40 años después de leer “Desnudo en el tejado”, de Antonio Skármeta, creo que no faltan razones para desembarcar en Lolita Editores.
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