Reseña: Confesiones imperdonables, Daniel de la Vega
Sumergirse en el torrente de historias que contiene esta antología y dejarse llevar por ellas, nos lleva a un viaje sorprendente y encantador hasta lugares y épocas en nuestro país ya desaparecidos, pero de una cercanía tal que dejan la sensación de estar todavía bullentes. Ello, gracias al genio narrativo de su autor, el chileno Daniel de la vega (1892-1971). No por nada, él recibió tres Premios Nacionales: de Literatura, Periodismo y Teatro. Su prosa es tan simple, pero a la vez profunda y amena que, en gran parte de estas crónicas, se aproxima a la perfección. Es como que si su presencia de narrador desapareciera y los lectores estuviéramos siendo testigos directos de los hechos contados. Eso lo consiguen muy pocos escritores. Y eso es también lo que vuelve deliciosa la lectura de cada capítulo de esta magnífica recopilación, cargada de grandes aciertos, como la historia de Carlitos, el novio de Libertad Lamarque, o la de Copito, un perro viejo, blanco y crespo, recogido de la calle, que se hizo tan querido por la familia del escritos que viajó hasta España, donde se alojó en un hotel venido a menos en la Gran Vía, único lugar donde lo aceptaron. Son decenas de historias, mínimas, preciosas, entrañables. Con este libro, sus editores, han revivido a un grande de las letras chilenas y sólo cabe agradecer con emoción semejante regalo.
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