Los tiempos y las cosas
En una de sus cartas a Piero Soderini, fechada en el invierno de 1512-1513, Maquiavelo expone lo que podría ser el corazón de su ontología, expresando que “los tiempos son varios y los órdenes de las cosas son diversos” y que la felicidad (la virtú) se ve cumplida en aquellos que “hacen concordar su modo de proceder con el tiempo” y el “orden de las cosas”. Esta multiplicidad de tiempos y cosas expresa una teoría maquiaveliana de la temporalidad plural y la variabilidad de las cosas. De lo que, en otro contexto, Maquiavelo llama virtud y fortuna. Pero también “enclavijamiento”, atadura que impide la fantasía de un sujeto soberano que decide el curso de la política y encarna la excepción hiperbólica. El sentido de la conjunción “los tiempos y las cosas” señala así el momento fallido de la narrativa teológico-política. El sujeto nunca está solo y su ipseidad es siempre performativa. La posibilidad de la república, en Maquiavelo, reside en las posibilidades de composición de este entramado de tiempos y cosas con una violencia procedente de la virtú del pueblo, la plebe menuda o un momento acéfalo (“disyunto”) que, sin embargo, nunca se basta a sí mismo —nunca se experimenta como “soberanía”. La política es, con todo, una cifra de estos choques y composiciones, de estas “coyunturas”. Claudio Aguayo. Doble Ciencia.
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Ficha técnica
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Editorial | Doble Ciencia |
ISBN | 9789569681103 |