Hasta que valga la pena vivir

Las calles y los muros han acogido nuestra protesta expresada de mil maneras y han vibrado con la siempre renovada fuerza de la rebeldía y de la indignación contra un estado de cosas intolerable.n Lo que las populares manos inscribieron, dibujaron o pintaron en pórticos, fachadas y muros de nuestras ciudades, será borrado por el tiempo y la coditiana rutina hará invisible lo que germinaba en cada trazo, en cada marcha y en cada nota de esta viente sinfonía.n Por ello, este libro les invita a capturar y guardar en las retinas, y más allá, las imágenes que anónimas manos extrajeron desde el magma que vive, sobrevive y pervive en las entrañas de la sociedad, magma nutricio que, de tanto en tanto, aflora en imprevista e indómita erupción, para enseñarnos que nuestra humana condición no es reductible a la conducta «racional de agentes económicos»