Prontos, listos, ya
La escritora uruguaya Inés Bortagaray cuenta el viaje en auto de una familia conformada por cuatro hermanos, donde una de las hijas del medio recorre pensamientos frescos de su infancia, la relación con sus padres y el resto de sus hermanos. A medida que avanzan, la voz infantil expresa su miedo constante por tener un accidente de carretera, aprieta los seguros de las puertas y está atenta a la calle para evitar, a toda costa, que ese accidente ocurra. El relato, en ocasiones onírico, se mezcla con la ansiedad de llegar pronto a su destino, las empanadas y medialunas que comparten arriba de ese auto y el cuentakilómetros que indica, cada doscientos metros, que los hermanos pueden cambiar sus asientos, así todos tienen el privilegio de estar en las ventanillas. Prontos, listos, ya está publicado por Laurel.
Hôzuki, la librería de Mitsuko
La japonesa Aki Shimazaki, radicada en Canadá hace un buen tiempo, publicó Hôzuki en 2015, novela que fue traducida al español por la editorial Nórdica en 2017 y que despertó inmediatamente el interés de muchos lectores (en 2012 se había publicado Tonbo pero no tuvo el mismo impacto). Sin duda, Hôzuki incidió en la traducción de las otras novelas: El quinteto de Nagazaki (2018) y El corazón de Yamato, anunciada para las fechas próximas. Hôzuki es una joya de 128 páginas, plena de imágenes japonesas, como un haiku novelado que va narrando en breves estampas la vida de una madre, Mitsuko Tsuji, y su hijo sordomudo de siete años, Tarô. Ella tiene una librería de lance (libros de segunda mano) y también trabaja de camarera los viernes por la noche. Vamos accediendo desde su voz a las razones que la llevaron a ser quien es, desde la búsqueda de la autonomía total para criar a Tarô –antecedente que nos permite comprender el modo en que una madre soltera puede liberarse de las tradiciones y asimismo de la “protección” masculina– hasta el encuentro fortuito con su hijo, abandonado en una estación de trenes siendo un bebé recién nacido. El problema que aborda la novela comienza a desembrollarse cuando, al principio del relato, una mujer desconocida, Karo Sato, entra a comprar unos libros de filosofía a la librería de Mitsuko. Esta aparición sorpresa de la señora Sato abre paulatinamente un pasado dramático, vinculado con la adopción de Tarô, cuyo origen va develando los recovecos del alma de Mitsuko así como también va expresando la bella sensibilidad del niño. Es él, con su forma de sentir y de pensar, quien posibilita que la vida de ambas mujeres se transforme en un aprendizaje que les permita continuar con su destino.
Los viajes de Babar
Babar, el elefante elegante que recordamos de nuestra infancia, tiene su origen en una bella historia. Cécile de Brunhoff decidió crear a este personaje para contarles cuentos a sus hijos Laurent y Mathieu, quienes, luego de escuchar la primera historia que habla de cuando Babar se vuelve rey, pidieron más y más relatos como ese. A partir de estas narraciones, contadas desde el espacio privado que solo una madre puede construir con sus hijos, Jean de Brunhoff tuvo interés en continuar la historia de Celeste y Babar, cuya adaptación a la televisión se vio por primera vez a fines de los años 60. En este volumen asistimos a un nuevo viaje de estos clásicos elefantes, el cual contiene sus ilustraciones originales, lo que hace de este relato un lugar de descubrimiento para niñas y niños que aún no lo conocen y una vuelta al pasado para quienes lo leímos cuando chicos. Una maravilla editado por el sello español Picarona
Tres luces
Tres luces es, hasta ahora, la última publicación de la irlandesa Claire Keegan, traducida por el sello argentino Eterna Cadencia, al igual que sus volúmenes de cuentos Antártida y Recorre los campos azules. Esta novela corta, cuyo título original es Foster, se centra en la figura de una pequeña niña que es entregada temporalmente en adopción por sus padres a unos familiares lejanos. En la Irlanda de los años 80 la separación familiar entre padres e hijos -determinada por la pobreza y especialmente por el nuevo embarazo de la madre- pareciera ser una situación común y silvestre: la niña, protagonista y narradora de su experiencia, se ve forzada a vivir una vida completamente distinta, tanto porque sus padres no pueden sostener la llegada de un hermanito como porque la familia de acogida tiene mayores recursos económicos. Entre diferencias materiales y emocionales, la prosa de Keegan va desplegando diversas estampas de la vida familiar rural que son interpretadas con delicadeza y ternura por la experiencia de la niña. En estos trayectos la protagonista comienza a experimentar nuevas sensaciones como la vergüenza, a conocer los secretos de los adultos y a aprender poco a poco a conservar ese silencio para poder acceder a su mundo. Ante todo, Tres luces transmite una profunda serenidad para enfrentar los claroscuros de la vida humana a través de la inocencia.